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Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el estrés es la respuesta física y emocional a un daño causado por un desequilibrio entre las exigencias percibidas y los recursos y capacidades percibidos de un individuo para hacer frente a esas exigencias. Asimismo, el estrés puede entenderse como una “sobrecarga” al organismo en un determinado momento. Y es normal que, en algunos momentos de la vida, tengamos determinadas situaciones de sobrecarga en el trabajo, por temas financieros, debido a una enfermedad o por una pérdida o preocupación.
Son muchos los factores que nos pueden llevar a sufrir estrés. Algunos síntomas de estrés comunes son la ansiedad, problemas para conciliar el sueño, dolores de cabeza, trastornos digestivos, tensión muscular, contracturas y cambios en la frecuencia cardíaca. Sin embargo, la clave es con qué recursos contamos para afrontar esa situación de estrés.
Algo tan sencillo como fundamental es detectar qué nos hace estar estresado o estresada.
Para algunas personas puede ser no llegar puntual a un sitio, perder un tren o enfrentarse a una reunión. Sin embargo, otras personas lo padecerán cuando sientan que no han planificado suficientemente un evento importante o piensen que algo malo puede ocurrir. Diferentes causas, diferentes soluciones. Si te estresa perder un tren, procura estar 15 minutos antes en la estación. Si te estresa una reunión, dedica tiempo a preparar bien el contenido. Si tienes pensamientos negativos, pon en práctica técnicas para “cortar el pensamiento”.
Una alimentación sana, equilibrada, baja en grasas y azúcares es uno de los pilares de nuestra salud física y mental. Debemos huir de los alimentos y bebidas estimulantes y reducir el alcohol. Las comidas ligeras nos facilitan la digestión, nos hacen sentir menos “pesados” y con más energía. Debemos aprender a detectar cuándo hemos comido suficiente y parar. El autocontrol en las comidas es una asignatura pendiente en la que debemos aplicarnos.
Algunos alimentos que nos vienen bien en épocas de más estrés son:
Si no tenemos el hábito de comer todos estos alimentos que nos ayudarán a sobrellevar el estrés, podemos complementar nuestra ingesta de nutrientes con complementos alimenticios.
Hay muchas y variadas opciones para aumentar la práctica de actividad física. Como apuntarse a un gimnasio, correr decenas de kilómetros, subir y bajar escaleras o ir al trabajo en bicicleta. Alguna de ellas seguro que se ajusta a nuestras características y estilo de vida.
¿Qué actividades te relajan o te hacen desconectar? Puede ser la lectura, escuchar música, un paseo por el parque o cocinar. Cada uno de nosotros tenemos que buscar esas actividades que nos hacen sentir bien y, lo más difícil, buscar hueco para ellas.
Sea cuál sea el tipo de estrés (estrés crónico, estrés laboral o estrés postraumático) disponemos de herramientas accesibles para prevenirlo y atajarlo. Identificar las causas que nos provocan estrés es una de las claves para poder combatirlo.
Tenemos aliados cercanos contra el estrés como los alimentos sanos, complementos alimenticios específicos, descanso adecuado, sueño reparador o ejercicio físico. Todo ello debe estar, por supuesto, reforzado con una actitud positiva.
*Plantas con sustancias que tienen la capacidad de regular las funciones corporales del organismo y de fortalecer los sistemas orgánicos comprometidos por el estrés. Definición SEFIT (Sociedad Española de Fitoterapia).
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