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Escrito por: 4Life Research
Fecha de publicación: Agosto 2024
El verano trae consigo días largos, sol y... ¡altas temperaturas! Pero ¿sabías que el calor puede afectar tu sistema inmunitario? Te explicamos cómo y qué puedes hacer para protegerte.
Con las altas temperaturas nuestro metabolismo se acelera, y se generan más radicales libres en nuestro cuerpo.
Según el European Food Information Council (EUFIC) los radicales libres son moléculas que pueden provenir de fuentes externas, por ejemplo, del tabaco, alcohol o contaminación ambiental, pero que también son producidas por nuestro cuerpo en las funciones metabólicas normales. Cuando nuestro organismo genera demasiadas cantidades de estas moléculas, llamadas radicales libres, pueden dañar las células, proteínas y ADN produciendo estrés oxidativo (además de otras complicaciones).
Pero ¿cómo te afecta el estrés oxidativo? El estrés oxidativo puede generar desde un envejecimiento prematuro de nuestra piel hasta enfermedades más graves.
Veamos algunas situaciones que lo provocan:
La exposición al sol y a sus rayos ultravioletas (UV) pueden provocar la formación de especies reactivas de oxígeno (ROS) en la piel.
Estos ROS son un tipo de radical libre que puede dañar las células y causar inflamación. La exposición excesiva al sol puede aumentar el riesgo de quemaduras solares a corto plazo, sino que también provoca en un medio o largo plazo que nuestra piel envejezca antes e incluso que se puedan desarrollar otro tipo de enfermedades más complicadas.
También debemos tener en cuenta contaminantes ambientales como el ozono y las partículas en el aire, cuyos niveles en verano suelen ser más altos, aumentando aún más el estrés oxidativo.
Estos contaminantes los introducimos en nuestro cuerpo a través de la respiración, causando daño a nivel celular y agravando los efectos negativos del calor.
Al exponernos a situaciones como el calor, los contaminantes ambientales, etc., nuestro organismo sufre daños y es el sistema inmunitario el que se encarga de hacer un esfuerzo extra para que estas situaciones no generen problemas mayores en el organismo.
Sin embargo, este sobreesfuerzo, genera estrés inmunitario, el cual puede hacer que la protección inmunitaria se debilite.
Algunas situaciones que provocan estrés al sistema inmunitario son:
Seguro que has escuchado muchas veces que la hidratación en verano es fundamental, pero ¿sabes por qué?
El calor aumenta el riesgo de deshidratación, lo que puede afectar al funcionamiento del sistema inmunitario. La deshidratación dificulta el transporte de nutrientes y oxígeno a las células y la eliminación de desechos.
Por eso, cuanto más te hidrates, más estarás contribuyendo a que tu cuerpo funcione correctamente y que mantengas tu sistema inmunitario fuerte.
Cuando hace mucho calor la sudoración también aumenta, y este exceso conlleva a la pérdida de muchos nutrientes importantes como la vitamina C, el zinc y el magnesio, esenciales para una respuesta inmunitaria robusta y cruciales en la defensa del cuerpo contra infecciones y enfermedades.
Cuanto mayor sea la exposición prolongada a altas temperaturas, mayor será el riesgo de estrés por calor y fatiga, provocando que se debilite la defensa inmunitaria del cuerpo.
En nuestro organismo se produce una hormona llamada cortisol, que se libera en situaciones de estrés. En una situación estresante, como la exposición al calor, nuestro cuerpo libera cortisol, lo que puede reducir la función inmunitaria.
Así que, evitando actividades extenuantes durante los días más calurosos también contribuyes a que tu sistema inmunitario esté más protegido.
¿Cuántas veces te has despertado de noche por el calor o no consigues dormir bien? Las altas temperaturas pueden interferir con la calidad y duración del sueño. Un mal sueño afecta negativamente al sistema inmunitario, haciendo que el cuerpo sea más susceptible a infecciones y enfermedades.
Preparar tu habitación para que sea un ambiente fresco y confortable es un gran refuerzo para que tu sistema inmunitario no se resienta.
El estrés oxidativo puede desencadenar inflamación, lo que presiona aún más al sistema inmunitario. La inflamación crónica puede debilitar la respuesta inmunitaria con el tiempo.
Una clave para reducir la inflamación es seguir una dieta equilibrada y mantener hábitos de vida saludables. ¡Aprovecha los platos frescos de frutas y verduras de temporada! Tu sistema inmunitario te lo agradecerá.
A veces es difícil identificar cuándo estamos sometiendo a nuestro sistema inmunitario a situaciones estresantes, por lo que te damos algunas estrategias que harán que este verano tus defensas estén bajo control:
Hidratación: Bebe mucha agua y consume alimentos hidratantes como frutas y verduras. La hidratación adecuada ayuda a mantener el equilibrio de fluidos en el cuerpo y apoya las funciones celulares.
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Nutrición: Lleva una dieta equilibrada rica en antioxidantes, como las vitaminas C y E, y el selenio. Los antioxidantes combaten el estrés oxidativo y ayudan a proteger las células del daño.
Protección Solar: Usa protector solar, viste ropa protectora y limita la exposición al sol durante las horas pico para reducir el estrés oxidativo inducido por los rayos UV. Esto no solo protege tu piel, sino que también reduce el riesgo de daño celular.
Descanso y Sueño: Mantén un ambiente fresco para dormir y así mejorar la calidad del sueño y apoyar la salud inmunitaria. Dormir bien es esencial para la reparación celular y el mantenimiento de un sistema inmunitario fuerte.
Manejo del Estrés: Practica actividades que reduzcan el estrés, como la meditación, el yoga y el ejercicio regular. Reducir el estrés puede ayudar a mitigar los efectos del calor en el sistema inmunitario.
Tomando estas medidas, puedes proteger tu cuerpo de los efectos negativos de las altas temperaturas y apoyar tu sistema inmunitario durante el verano. ¡Disfruta del sol de manera saludable y mantén tu sistema inmunitario fuerte!
* Los productos de 4Life no tienen el objeto de diagnosticar, tratar, curar ni prevenir ninguna enfermedad.
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