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Escrito por: 4Life Research
Fecha de publicación: Octubre 2025
A medida que los días se van acortando y la luz del sol escasea, es habitual sentirse con menos motivación y energía.
Los cambios estacionales pueden influir de manera natural en nuestro estado de ánimo, metabolismo y ritmo interior.
El cuerpo está diseñado para adaptarse al entorno y, en consecuencia, cuando hay menos luz natural y las temperaturas bajan, nuestro ritmo circadiano —el sistema que regula el sueño, el estado de ánimo y la energía— puede ser más lento para no gastar tanta energía.
La buena noticia es que, si adquieres conscientemente ciertos hábitos de estilo de vida, podrás mantener el equilibrio y la energía y volver a estar en sintonía con el otoño. 🌤️
Intenta estar expuesto a la luz natural un mínimo de 30 minutos al día. La luz matinal resulta especialmente beneficiosa, ya que ayuda a regular el ritmo interior y a estar alerta durante todo el día. Incluso los días nublados, la luz exterior es mucho más potente que la iluminación interior. Así pues, exponte al aire libre siempre que puedas, ya sea tomando un café junto a una ventana, saliendo un momento al balcón o dando un breve paseo.
La síntesis de la vitamina D en la piel por la acción de la luz solar es insuficiente para satisfacer los requisitos en algunos países europeos, en especial durante los meses de invierno, cuando hay poca exposición al sol. Si vives en un lugar con poca luz solar, puedes pensar en la posibilidad de comprarte una lámpara de luz diurna. Estas lámparas pueden ayudar a simular la luz natural y aportarte energía y equilibrio durante los meses más oscuros.
La luz solar también es necesaria para producir vitamina D, la «vitamina del sol», que contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario.
Una rutina sistemática de exposición a la luz natural puede tener un gran efecto en cómo te sientes y rindes en tu día a día.
Cuando hace frío y está oscuro, es normal sentirse con menos ganas de moverse.
Pero la actividad regular, aunque sean movimientos suaves, es una de las maneras más efectivas de mantener la energía y mejorar el estado de ánimo. La actividad física, sea del tipo que sea, estimula la liberación de endorfinas, también conocidas como las «hormonas de la felicidad», y ayuda a regular el metabolismo y la vitalidad en general.
No es necesario que entrenes intensamente para notar los beneficios. Entre 20 y 30 minutos de movimiento diario ya puede tener una gran efecto sobre tu bienestar. El objetivo no es la perfección, sino la constancia: la actividad suave te ayudará a mantener el cuerpo fuerte, la mente clara, la motivación alta y la energía equilibrada durante todo el otoño.
En otoño nos suelen apetecer los alimentos reconfortantes —y a menudo dulces—. Es algo perfectamente normal y un pequeño capricho puede levantarte el ánimo, pero es importante saber qué alimentos te aportan energía duradera y cuáles te hacen sentir amodorrado.
Tu dieta para estos meses debe ser equilibrada y nutritiva, rica en proteínas magras, carbohidratos complejos y grasas saludables, y también debe incluir mucha fibra, a ser posible procedente de frutas y verduras de temporada.
Intenta seguir un horario de comidas regular, bebe mucha agua y limita los alimentos ultraprocesados o con un alto contenido de azúcares refinados.
Comer de manera consciente no significa restringirse, sino elegir alimentos que nutran tanto el cuerpo como la mente y te ayuden a sentirte estable, con energía y bien a lo largo de todo el otoño.
La energía no es solo una cuestión física, también es emocional.
Cuando los días se acortan y las rutinas se vuelven más pesadas, es fácil centrarse solo en las obligaciones y olvidarse de lo que nos alegra verdaderamente la vida, pero deberías buscar tiempo para las actividades, las personas y los momentos que te hacen sentir bien.
Ya sea leer, cocinar, pasar tiempo con seres queridos, escuchar música o disfrutar de la naturaleza, dedicarte a cosas que te aportan felicidad ayuda a reducir el estrés y a recuperar el equilibrio. Estas emociones positivas tienen un efecto real sobre el bienestar general, porque fomentan la motivación y la creatividad, además de ayudar a que te sientas con más energía.
La felicidad es una forma de energía. Cuanto más la cultives, más presente estará en todo lo que hagas.
Incluso con una dieta equilibrada y unos hábitos saludables, a veces puede resultar complicado obtener todos los nutrientes que el cuerpo necesita en épocas en las que la demanda de energía es más elevada. En esos momentos, los complementos alimenticios pueden ser un apoyo para tu ingesta nutricional y ayudarte a estar más en sintonía con tu cuerpo y con el entorno.
La vitamina C contribuye al rendimiento normal del sistema inmunitario, del metabolismo energético y de la función psicológica. El magnesio promueve la reducción del cansancio y la fatiga, apoya al sistema nervioso y ayuda a mantener el balance electrolítico. El zinc respalda el desempeño normal de la función cognitiva y del sistema inmunitario, participa en el metabolismo de los macronutrientes y tiene propiedades antioxidantes.
Toma siempre complementos respetando las dosis diarias recomendadas y, si es necesario, acude a un profesional sanitario. Los complementos pueden ser de gran ayuda para mantener la vitalidad y la energía en otoño, pero no son en ningún caso un sustituto de una dieta variada y equilibrada.
Con los cambios de estación, el cuerpo y la mente necesitan un poco más de cuidado para mantener el equilibrio. Los días más cortos no deben suponer menos energía, sino que pueden ser una oportunidad para desacelerar, reenfocarse y crear rutinas que representen un verdadero apoyo para tu bienestar.
La luz, el movimiento, una buena nutrición y los momentos significativos pueden ayudarte a mantener una energía constante y un ánimo radiante, por muy largas que sean las noches.
Sé constante, escucha a tu cuerpo y recuerda que la vitalidad surge de la armonía entre lo que haces, lo que comes y cómo te sientes.
Foco en los ingredientes: Zinc
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